Entre Cataluña y Francia se eleva una de las montañas más queridas por senderistas de ambos lados de la frontera, el Puigmal, con 2.913 metros de altitud.
Esta cima, que separa el valle de Núria y la Cerdaña francesa, ofrece una ascensión accesible, paisajes amplios y una atmósfera muy especial.


Su silueta redondeada, visible desde muchos puntos de la Cerdaña, ha sido un punto de referencia para pastores, excursionistas y peregrinos durante siglos.
La ascensión más habitual parte de Fontalba, una amplia planicie accesible por pista desde Queralbs. Desde allí comienza un sendero bien marcado que asciende progresivamente por laderas abiertas hasta alcanzar la cresta final. La subida, aunque exigente físicamente, no presenta pasos técnicos y es ideal para senderistas con un mínimo de experiencia.
Una de las recompensas más memorables de la ascensión es el panorama de 360º que se observa desde la cumbre. En días despejados se distinguen claramente el Canigó, la llanura del Rosellón, las montañas del Berguedà, la sierra del Cadí y, al sur, la extensión infinita de la Cataluña interior. Al norte, las montañas francesas parecen extenderse hasta el horizonte.
La sensación en la cumbre es especial, el viento sopla con fuerza y el paisaje abierto transmite una libertad única, muy distinta a la de otros picos más abruptos del Pirineo central.

La mejor época para subir es entre junio y noviembre, cuando la pista de Fontalba está abierta y el recorrido está libre de nieve. En primavera y otoño puede quedar acumulación de nieve en la parte alta, así que conviene informarse de las condiciones antes de salir.
Madrugar es clave, ya que las nubes suelen acumularse en la cumbre a partir del mediodía, reduciendo la visibilidad y aumentando el viento. Lleva ropa de abrigo incluso en verano, ya que la temperatura en la cima puede bajar considerablemente.



Si prefieres un itinerario menos transitado, existe una ruta alternativa desde Err, que asciende por el valle del río Segre. Es más larga, pero ofrece un ambiente más solitario y vistas espectaculares de la vertiente norte.
Coronar el Puigmal no es solo alcanzar una cima, sino vivir una experiencia sencilla, auténtica y profundamente pirenaica, perfecta para quienes buscan algo más que una simple excursión.
Aprovecha tu estancia para acercarte a Queralbs, un encantador pueblo de montaña desde donde parten algunas de las rutas más bonitas del Pirineo. Y si te apetece seguir explorando, no te pierdas la visita a Ribes de Freser, con su ambiente tranquilo y sus vistas al valle.
Jara, natural de Panticosa y nuestra experta local en los Pirineos
Dirección Puigmal
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