Entre la niebla suave del norte de Navarra y los relieves que miran hacia Gipuzkoa, el enclave de Artikutza se esconde como un pequeño tesoro natural. Es una de las zonas más húmedas y mejor conservadas del Pirineo occidental, un lugar donde los bosques de hayas, robles y alisos crean un ambiente casi de cuento.
¡Si buscas una escapada tranquila, Artikutza es pura magia!


Artikutza pertenece al Ayuntamiento de San Sebastián, que cuida este paraje desde hace más de un siglo. Gracias a esta protección, el valle mantiene una biodiversidad impresionante con arroyos cristalinos, cabañas antiguas de piedra, grandes hayas retorcidas y bosques espesos donde la humedad crea alfombras de musgo que parecen esponjas verdes.
La entrada más habitual es por Bianditz o por Goizueta, dos accesos que conservan esa sensación de estar entrando en otro mundo. En cuanto cruces las primeras puertas del lugar, notarás cómo el paisaje se transforma, con más vegetación, más silencio y un frescor que acompaña incluso en pleno verano.
Uno de los paseos más bonitos es el que rodea el embalse de Enobieta, un itinerario suave que bordea el agua entre paredes verdes y troncos cubiertos de musgo. En días nublados, el reflejo del bosque sobre el embalse es espectacular.
Otra opción es subir hacia las bordas antiguas dispersas por el valle, y observar los restos de la vida ganadera de hace décadas que hoy se integran perfectamente en el paisaje.
Si te apetece algo más largo, los senderos que comunican Artikutza con las laderas del Pagolleta ofrecen vistas amplias hacia el norte, aunque aquí el terreno es más exigente.
Artikutza es húmeda todo el año, así que no te olvides de llevar botas impermeables y una prenda de abrigo incluso si el día parece estable. El móvil tiene poca cobertura en algunas zonas, pero los caminos están bien señalizados; de todos modos, descargar un mapa offline nunca está de más.
El acceso con coche está regulado en ciertos días para proteger el entorno. Conviene consultar la normativa y, si puedes, llegar temprano para disfrutar de la primera luz, ya que es cuando el paisaje luce más misterioso, con una niebla que entra y sale de entre los troncos.
Tras lluvias suaves, ¡los arroyos de Artikutza se llenan de pequeños saltos y pozas transparentes que transforman el valle en un escenario todavía más fotogénico!
Artikutza no busca impresionar con grandes cumbres. Su encanto está en los detalles, en la quietud del bosque, en el agua corriendo entre piedras redondas, o en el sonido lejano de un pájaro en mitad del musgo. ¡Es un lugar para caminar, respirar y dejar que la naturaleza marque el ritmo!
Una escapada perfecta para quienes quieren descubrir el lado más verde, silencioso y único del Pirineo occidental.


Aprovecha la escapada para acercarte al Parque Natural de Peñas de Aya, en Irún, un entorno perfecto para caminar entre bosques y miradores. También puedes aprovechar para visitar las cascadas del río Aitzondo, uno de los rincones más bonitos de la zona.
Aritz, natural de Irún y experto local en el País Vasco
Dirección Artikutza, España
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