En el Valle de Lierp, en Huesca, se esconde una experiencia diferente a cualquier otra en la zona, el Laberinto de los Pirineos, un recorrido entre piedra, vegetación y sorpresas.
¡Olvídate del navegador y prepárate para perderte, de la mejor manera posible, en este peculiar paisaje creado por la naturaleza y la imaginación humana!
Este laberinto no es un parque temático al uso, sino un entramado de muros de piedra seca que se abren y se cierran como si el terreno quisiera jugar contigo.
Entre las paredes aparecen figuras esculpidas, tótems, pequeños altares y símbolos que parecen salidos de otra época. Es un paseo corto de unos 2 kilómetros, pero con tantas bifurcaciones y recovecos que se convierte en toda una pequeña aventura.
El recorrido es sencillo y apto para todas las edades, siempre que se lleve calzado cómodo y se mantenga el sentido de la orientación. Si vas con niños, prepárate para verlos corretear entre los pasadizos, tratando de resolver el “misterio” de por dónde se sale.
No hay grandes desniveles, pero sí rincones donde detenerse y observar los detalles. Además, el entorno está rodeado de naturaleza tranquila, sin masificaciones.
Aunque no verás señales oficiales desde la carretera, la entrada al laberinto se encuentra cerca de la aldea de Abi, entre campos y caminos rurales poco transitados.
Es recomendable visitarlo en días secos, ya que la tierra puede estar algo resbaladiza tras la lluvia.
Si te gusta fijarte en los detalles, no te pierdas las piedras del recorrido, algunas tienen grabados modernos, mientras que otras, por su forma y disposición, recuerdan a antiguas marcas que podrían haber servido para orientar a los pastores hace siglos.
El laberinto abre de junio a noviembre, pero los días y horas varían según el mes, así que conviene planificar la visita. Las entradas cuestan 7 € online u 8 € en la taquilla para mayores de 12 años, y 4–5 € para menores. Los peques de menos de 4 años entran gratis. Consulta siempre la web oficial para confirmar horarios actualizados.
Más que un lugar para ver, el laberinto invita a escuchar el silencio, tocar la piedra y dejarse llevar. No es un sitio famoso ni con grandes carteles turísticos, pero tiene ese encanto que convierte una salida sencilla en un recuerdo especial.
Si buscas algo distinto en tu escapada por los Pirineos, sin prisas y con un punto de misterio, este rincón escondido merece una parada. Deja que el laberinto te envuelva, ¡pero no te olvides de cómo volver!
Te recomiendo visitar el cercano pueblo de Laspaúles y conocer sus leyendas. Ya que estás por la zona, puedes visitar también Roda de Isábena o Arén.
Jara, natural de Panticosa y nuestra experta local en los Pirineos
Dirección Web
Dirección Laberinto de los Pirineos, Carretera del Puerto, Piedrafita de Jaca, España
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