Gorgs helados en la Garrotxa

¿Sabías que entre finales de diciembre y el mes de enero los gorgs (pozas en castellano) de la Garrotxa se convierten en pequeñas esculturas de hielo?

Las mejores zonas para ver este fenómeno son Les Planes d’Hostoles, famosa por su ruta de pozas, y la zona de Sadernes, en la Alta Garrotxa, donde el río Llierca forma pozas profundas y orillas sombrías que se congelan con facilidad en los días más fríos.

En La Vall d’en Bas, los saltos de agua cerca de Sant Privat d’en Bas ofrecen paisajes helados en los amaneceres.

Cómo organizar la escapada para ver los gorgs helados en la Garrotxa

¡No te olvides de revisar el parte meteorológico y el caudal antes de salir! 

Tras una ola de frío de tres o cuatro días, madrugar marca la diferencia, ya que el hielo aguanta mejor a primera hora y la luz rasante resalta texturas y burbujas atrapadas en el agua.

Puedes aparcar en los parkings señalizados de cada valle y seguir los senderos balizados; en fines de semana con afluencia, algunos accesos pueden regularse para proteger el entorno.

Consejos locales para moverte con seguridad

El hielo de los gorgs no es homogéneo. Por eso es sumamente importante que evites pisarlo y mantengas la distancia de las láminas más finas junto a la orilla. 

Para tu kit de imprescindibles puedes añadir botas con suela marcada, bastones si el terreno es resbaladizo y ropa por capas, ya que en los fondos del valle la sensación térmica cae en picado. No te olvides tampoco de llevar un par de calcetines de repuesto y guantes impermeables. 

Si vas con peques, el mejor plan es observar los gorgs desde roca firme y convertir la visita en una mini “búsqueda de carámbanos”, esos pequeños picos de hielo que cuelgan y que se encuentran entre las raíces y las paredes musgosas.

Lugares que no fallan cuando hiela

En Les Planes d’Hostoles hay pequeñas cascadas en tramos estrechos del río, donde las paredes en sombra dejan que el agua se congele y forme cortinas de hielo e hilos finos que cuelgan como estalactitas.

En Sadernes, las curvas del río Llierca dejan bordes helados llenos de burbujas y formas geométricas, un lugar perfecto para hacer fotos de cerca.

Cerca de Sant Privat d’en Bas, los pequeños arroyos que bajan de la sierra crean dibujos de hielo en raíces y troncos. Y si el día se calienta un poco, el deshielo forma mini cataratas que duran solo unas horas y hacen que la excursión valga la pena.

La Garrotxa es especialmente delicada en invierno, así que vale la pena moverse con cuidado y seguir siempre los senderos marcados. Es mejor llevarse siempre los residuos y prescindir del uso de drones en las zonas donde no están permitidos.

Si el hielo no ha llegado a formarse, puedes disfrutar del entorno igualmente, los bosques de alcornoques, los hayedos y los paisajes volcánicos ¡ya son un espectáculo por sí solos! 

No te vayas de la zona sin antes visitar los cercanos y bonitos pueblos de Beget, Camprodón o Castellfollit.