A solo media hora de Pamplona, en el valle de Erro, se encuentra Zilbeti, un pequeño pueblo que parece detenido en el tiempo.
Rodeado de hayas, robles y un silencio casi absoluto, este rincón pirenaico es el punto de partida perfecto para descubrir el mágico Bosque de Zilbeti.
El camino atraviesa un hayedo protegido como Zona de Especial Conservación, donde habitan especies muy sensibles como el pico dorsiblanco. Este pequeño pájaro carpintero, en peligro de extinción, encuentra refugio entre los viejos troncos del bosque. ¿Sabías que su presencia fue clave para evitar la instalación de una cantera en la zona?
Una de las escenas más sobrecogedoras es el llamado Gernika de Zilbeti, una obra colectiva pintada sobre los troncos de varias hayas, con fragmentos del famoso cuadro de Picasso. Solo se aprecia desde un mirador concreto, y nació como símbolo de resistencia frente a la destrucción. Un recuerdo impactante del poder del arte y la comunidad.
El recorrido, sencillo y apto para casi todo el mundo, asciende suavemente desde el pueblo por senderos rodeados de vegetación, con una distancia aproximada de 6 a 7 km y un desnivel suave de entre 200 y 250 metros. Se puede completar en unas dos horas, aunque el ambiente invita a perder el paso, detenerse y respirar.
Caminar entre el murmullo del río Etxarro, el crujido de las hojas y el canto de los pájaros genera una calma difícil de encontrar. Si madrugas y tienes un poco de suerte, tal vez te cruces con el vuelo del pico dorsiblanco o descubras algún hongo oculto entre el musgo, pequeños tesoros que suelen pasar desapercibidos para la mayoría de los visitantes.
El pueblo también tiene su propio encanto. Con apenas 30 habitantes en invierno, conserva una tranquilidad sin igual.
Si te organizas con tiempo, puedes alojarte en Casa Lenco, una vivienda sencilla y acogedora donde una vecina entrañable, cercana a los 80 años, recibe a los viajeros con esa hospitalidad rural que deja huella.
Aquí no hay prisas ni multitudes, solo el susurro de los árboles y la fuerza simbólica del Gernika pintado, esa obra colectiva que nos recuerda que preservar lo nuestro vale más que cualquier proyecto que lo amenace.
Después de tu excursión por el bosque de Zilbeti, una parada ideal es el Asador Aritza, perfecto para reponer fuerzas con buena gastronomía local. Y ya que estás en la zona, aprovecha para acercarte a Roncesvalles o incluso descubrir Pamplona, una ciudad llena de historia y ambiente.
Aritz, natural de Irún y experto local en el País Vasco
Dirección Zilbeti, 31639, Navarra
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