En la frontera natural entre Navarra y Gipuzkoa, la sierra de Aralar guarda uno de los paisajes más misteriosos del Pirineo occidental. Entre prados silenciosos y cumbres suaves, se esconde una de las mayores concentraciones de dólmenes de toda Europa.
Recorrerlos es viajar miles de años atrás, siguiendo los pasos de pastores y comunidades neolíticas que dejaron aquí su huella en forma de tumbas y monumentos de piedra.


La ruta suele comenzar en la zona de Guardetxe, accesible desde el lado navarro por la carretera de Lekunberri al Santuario de San Miguel in Excelsis. Desde los primeros metros, el paisaje se abre en praderas inmensas donde el viento corre sin obstáculos y el silencio es absoluto.
A medida que avanzas, los dólmenes empiezan a asomarse entre prados y suaves alturas, muchos de ellos bien señalizados. Pero, lo que realmente impresiona es su abundancia, y es que Aralar reúne decenas de estructuras prehistóricas dispersas por la sierra, ¡auténticos testigos silenciosos de un pasado pastoril!
Entre los más accesibles se encuentran Trikua, Mintegitza y Argiñariz, que aparecen cerca de los senderos principales y permiten apreciar bien las cámaras de piedra. Otros, como Trikuarri, están algo más alejados, pero ofrecen un ambiente más solitario y fotogénico.
La ruta no es técnica y puede adaptarse fácilmente según el tiempo disponible. Si te apetece un recorrido más largo, los senderos que avanzan hacia las laderas de Igaratza o los altos de Aitzkorri-Aratz muestran aún más restos prehistóricos dispersos entre pastos de montaña.
Aralar es un lugar de clima cambiante incluso en verano. Por eso, te recomiendo llevar una capa de abrigo, un cortavientos y calzado cómodo; los prados pueden estar húmedos por la mañana. La niebla es habitual, así que conviene consultar la previsión y llevar un mapa o la ruta descargada en el móvil.
La mejor hora para caminar suele ser por la mañana, cuando la luz suave resalta las piedras y los contornos de los dólmenes. Si vienes en días laborables, encontrarás la sierra prácticamente para ti.
Y un consejo que muchos locales comparten es fijarse en los pequeños detalles, como las marcas de erosión o los paisajes que aparecen al rodear cada dolmen. Es en esos momentos cuando Aralar muestra su lado más especial.


Caminar por la Ruta de los dólmenes de Aralar no es solo ver piedras antiguas. Es escuchar el viento, seguir senderos que llevan siglos usados por pastores y sentir cómo la historia se mezcla con la montaña.
Si buscas una excursión diferente, tranquila y con un toque de misterio, ¡Aralar te encantará!
Puedes descubrir dónde disfrutar del trineo con niños en el País Vasco, una actividad perfecta para días de nieve. También puedes hacer la ruta del queso Idiazabal en el Parque Natural de Aralar, ideal para combinar paisaje y gastronomía.
Aritz, natural de Irún y experto local en el País Vasco
Dirección Aralar, España
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