En los valles más tranquilos, especialmente en Ordino, La Massana y Sant Julià de Lòria, sobreviven varias granjas y casas rurales que mantienen vivas las tradiciones agrícolas y ganaderas del país.
¡Visitarlas es una forma diferente de conocer el Principado!

Una de las paradas más recomendables es Casa Raubert, un proyecto familiar que recupera el trabajo de la tierra y la cría de animales de manera sostenible. Aquí puedes ver cabras pirenaicas, conocer cómo se elaboran quesos y yogures artesanos y pasear por un entorno precioso, rodeado de prados y bordas antiguas.
La experiencia es muy accesible para familias, ya que los niños pueden acercarse a los animales y entender cómo funciona una granja real. Además, la degustación final permite probar productos locales sin prisas, directamente de la mano de quienes los elaboran.
En La Massana, algunas explotaciones ganaderas abren sus puertas en días concretos para mostrar tareas diarias, como el ordeño, el cuidado de vacas y ovejas, y una explicación del manejo de los pastos de alta montaña. Es una manera de descubrir cómo se mantiene el equilibrio entre tradición y modernidad en un país que, a pesar del turismo, conserva buena parte de su paisaje gracias a estas familias ganaderas.
En Sant Julià de Lòria, varios proyectos vinculados a la producción de miel y hierbas aromáticas organizan visitas breves que combinan explicación y cata. Si viajas con tiempo, vale la pena preguntar en las oficinas de turismo, ya que muchas de estas actividades solo se anuncian localmente.
Lo ideal es reservar con antelación, sobre todo si vas en fin de semana o en vacaciones escolares. Te recomiendo llevar calzado cómodo, ya que la visita suele incluir pequeños desplazamientos por prados o caminos. Y no olvides una chaqueta ligera incluso en verano, ya que muchas granjas están en cotas más altas y la temperatura baja al caer la tarde.
Si te interesa el producto local, puedes preguntar por la posibilidad de comprar directamente en la granja. Muchos productores venden quesos, embutidos, miel o mantequillas artesanas, a menudo difíciles de encontrar en tiendas convencionales.


Visitar granjas locales es una forma bonita de descubrir el lado más auténtico del país.
Entre animales, paisaje y producto de proximidad, esta experiencia te permite entender cómo se ha vivido históricamente en los valles y por qué la cultura de montaña sigue tan presente.
Si quieres seguir explorando la gastronomía de Andorra, te recomiendo echar un vistazo a nuestra propuesta sobre los platos más tradicionales del país.
Y si te apetece un plan distinto, puedes descubrir el pueblo medieval de Pal o simplemente pasear por Andorra la Vella, perfecta para una tarde tranquila entre tiendas y calles iluminadas.
Anna, natural de Andorra y nuestra experta local en la zona
Dirección Formatgeria Casa Raubert, Plaça Major, Escàs, Andorra
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