Iglesia de Sant Joan de Caselles

Si buscas un rincón con encanto auténtico, te recomendamos una parada en la Iglesia de Sant Joan de Caselles, uno de los mejores ejemplos del románico andorrano. Se encuentra en la parroquia de Canillo, muy cerca de la carretera general, pero rodeada de silencio, montaña y piedra antigua.

Una joya románica del siglo XI

Construida entre los siglos XI y XII, esta iglesia destaca por su sobriedad y elegancia. La torre campanario de estilo lombardo, los muros de piedra sin ornamentación excesiva y el tejado de pizarra son característicos del románico de alta montaña.

Pero lo que realmente impresiona es el interior: conserva un retablo gótico del siglo XVI dedicado a Sant Joan Evangelista, ricamente decorado, con escenas de su vida y pasajes del Apocalipsis. También podrás ver restos de frescos románicos y un curioso Cristo en la cruz de madera tallada, de estilo expresivo y de gran valor artístico.

Un entorno natural que invita a parar

Uno de los mayores encantos de esta iglesia es su entorno. Rodeada de prados y montañas, se convierte en un lugar ideal para desconectar, respirar aire puro y, por qué no, hacer una pequeña pausa si estás de ruta en coche por la Carretera General 2.

Muy cerca puedes enlazar con rutas de senderismo o continuar hacia el Mirador del Roc del Quer. Si visitas la zona en invierno, la iglesia parece sacada de un belén, rodeada de nieve y con el silencio del valle.

Información útil para la visita

Durante el verano se organizan visitas guiadas gratuitas a la iglesia. Puedes informarte en la oficina de turismo de Canillo. La entrada es libre, pero en temporada baja puede estar cerrada, así que es mejor consultar horarios si no quieres encontrarte la puerta cerrada.

Si te apetece descubrir un rincón tranquilo, auténtico y con historia, Sant Joan de Caselles es una parada que te encantará, especialmente si vienes buscando más que compras o pistas de esquí.

Descubre Canillo.

De Andorra también te recomiendo visitar la iglesia Santa Coloma, la iglesia de Sant Corneli i Sant Cebrià y la iglesia de Sant Martí de La Cortinada.