Andorra es un paraíso para quienes buscan algo más que esquiar. Entre valles, bosques y llanuras altas donde el aire se vuelve más intenso, las motos de nieve se han convertido en una de las actividades invernales más emocionantes del país.
Combinan velocidad, paisajes impresionantes y ¡esa sensación de libertad que solo da el Pirineo en pleno invierno!


Uno de los puntos más populares es el Pla de Beret, en el extremo del dominio de Grandvalira, donde varias empresas organizan rutas guiadas. Aquí el terreno es amplio, suave y muy seguro para quienes prueban una moto por primera vez. Las salidas suelen durar entre 30 minutos y una hora, aunque también hay rutas más largas para los que buscan una aventura completa entre bosques y miradores.
En Ordino-Arcalís, las motos de nieve ganan un aire más salvaje, ya que los bosques son más cerrados y los valles son estrechos. Es uno de los lugares favoritos de los amantes de la fotografía, sobre todo al atardecer, cuando las cumbres del Tristaina se tiñen de tonos rosados.
La actividad siempre es guiada por un monitor, así que no necesitas experiencia previa. Antes de arrancar, el guía explica en pocos minutos cómo acelerar, frenar y seguir la línea marcada. Es más sencillo de lo que parece y, en cuanto te acostumbras, solo queda disfrutar del paisaje.
Normalmente, puedes ir solo o acompañado, turnándoos para conducir. Los cascos los proporciona la empresa y solo necesitas llevar ropa de abrigo, guantes impermeables y gafas para protegerte del viento y la nieve levantada.
Si quieres nieve más compacta y menos tráfico en pista, es mejor reservar por la mañana temprano o entre semana. Tras una nevada reciente, los bosques de Pal o Arcalís ofrecen algunos de los tramos más bonitos del país.
Puedes preguntar por las rutas combinadas que realizan algunos centros, como moto de nieve y cena en un refugio o moto de nieve y paseo con raquetas. Suelen tener plazas limitadas y ofrecen una experiencia muy completa.
En días fríos, lleva un cuello térmico y unos guantes de repuesto. El viento a cierta velocidad se nota más que esquiando. Y si viajas con niños, consulta la edad mínima, en la mayoría de las empresas pueden ir como acompañantes a partir de 5–6 años.


Después del recorrido, nada mejor que bajar a un pueblo cercano como La Massana, Ordino o El Tarter para tomar un chocolate caliente o un buen caldo de montaña. Pocas experiencias combinan tan bien adrenalina y calma como las motos de nieve en Andorra.
Si quieres seguir disfrutando de la nieve, la construcción de iglús en Grau Roig o una salida con raquetas en Andorra son actividades que siempre sorprenden.
Y si buscas algo totalmente distinto, puedes visitar granjas locales del país y conocer de cerca sus productos y tradiciones.
Anna, natural de Andorra y nuestra experta local en la zona
Apto para niños mayores de
en la mayoría de las empresas pueden ir como acompañantes a partir de 5–6 años.
Dirección Grandvalira, Canillo, Andorra
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