¿Quieres descubrir un rincón con encanto auténtico en el Pirineo navarro? Ochagavía, Otsagabia en euskera, situado en pleno Valle de Salazar, es un destino ideal para una escapada repleta de naturaleza, cultura y tranquilidad.
Enclavada a 764 metros de altitud, esta villa conserva intacto el casco urbano medieval, con calles empedradas, casas de piedra con tejados inclinados y escudos nobiliarios sobre amplios portalones. Su puente medieval sobre el río Anduña, rodeado por balcones floridos, ofrece una estampa de postal que enamora a primera vista.
La iglesia de San Juan Evangelista llama la atención por su imponente torre y por los retablos renacentistas creados por el escultor Miguel de Espinal. A la entrada del pueblo, justo donde se unen los ríos Zatoya y Anduña, se alza una cruz de piedra del siglo XVI decorada con motivos detallados, que da la bienvenida y recuerda el pasado histórico y religioso de la villa.
Ochagavía es la puerta ideal para explorar la Selva de Irati, uno de los hayedos mejor conservados de Europa, con más de 17.000 hectáreas entre Navarra y Francia. El Centro de Interpretación de la Naturaleza, situado junto a la Oficina de Turismo, ofrece exposiciones sobre el ecosistema y te orienta sobre rutas por el valle.
Desde el pueblo arrancan senderos de diferentes niveles. El Camino Viejo de Muskilda (circular de unos 6 km) sube al santuario del mismo nombre, situado en el monte Muskilda a 1.025 metros, rodeado de bosque y con vistas que merecen el esfuerzo.
Ochagavía también vibra con las fiestas patronales del 8 de septiembre, en honor a la Virgen de Muskilda. Durante cinco días, los danzantes salacencos ejecutan bailes tradicionales acompañados por “el Bobo”, un personaje enmascarado del folklore local.
Desde el Centro de Interpretación puedes pedir información sobre talleres de interpretación ambiental o excursiones guiadas para conocer detalles ocultos del valle.
Aprovecha para probar la gastronomía local, como el queso de cabra salazareña, la trucha de río o la sidra casera elaborada en caseríos de la zona. Si tu visita coincide en los meses de otoño, disfrutarás de un paisaje que se tiñe de ocres intensos.
Ochagavía reúne historia, naturaleza y un ambiente rural auténtico en un solo día. Es perfecta para quienes buscan desconectar en un entorno tranquilo, entre bosques y montañas. Además, conecta fácilmente con pueblos del valle como Zubiri, Isaba o Burgui.
No olvides llevar calzado cómodo, agua, cámara y ¡buen apetito para disfrutar del sabor navarro!
No te vayas de la zona sin antes pasar por el cercano Valle de Roncal. Te recomiendo también descubrir los rincones de Ansó o profundizar tu visita en la selva de Irati.
Aritz, natural de Irún y experto local en el País Vasco
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