Pasarelas de Panticosa

Si te apetece un plan diferente en la montaña, las Pasarelas de Panticosa son una experiencia que combina el vértigo de caminar junto al abismo con la calma de la naturaleza pirenaica. Es un verdadero balcón al río Caldarés, en el corazón del Valle de Tena. 

Una caminata suspendida sobre el congosto

El recorrido, de unos 800 m y con 160 m de desnivel, cruza el precipicio en pasarelas metálicas ancladas en la roca, alcanzando hasta 25-80 m de altura en algunos tramos. 

Dura entre 55 min y 1 h 30 min, dependiendo de si caminas relajado o te animas a hacer también el tramo al Mirador O’Calvé, que remata la ruta con vistas panorámicas al valle. 

Historia, naturaleza y algo de adrenalina 

Mientras avanzas, podrás detenerte en apartaderos, ideales para observar balsas y pozas cristalinas que el río ha modelado durante siglos. Además, en la subida al mirador encontrarás búnkeres de la Línea P construidos en época de posguerra española. 

Estas estructuras militares, hoy silenciosas y semi enterradas por el tiempo, añaden un componente histórico inesperado a una ruta dominada por la naturaleza. 

Organización segura y controlada 

El paso está regulado: 60 personas cada 20 min, con reserva obligatoria (3 € online, 4 € en la taquilla). Está permitido para mayores de 7 años (o de 130 cm), y se recomienda calzado de montaña, gafas deportivas y casco para estar más cómodo y seguro.

Apuesta por vistas panorámicas y calma 

El Mirador O’Calvé ofrece un colofón mágico: Vistas a pantanos, a la Peña Telera, a la Sierra de Tendenera y a todo el Valle de Tena.

En el camino de regreso bajarás entre arbustos de bojedales y flores alpinas, ideal para asimilar la experiencia. 

Consejos útiles para visitar las pasarelas de Panticosa

• Es mejor ir un poco más abrigado de lo habitual, en las pasarelas el viento sopla fuerte. 
• Evita mochilas grandes, pueden dificultar el paso estrecho. 
• Te recomiendo subir pronto, de este modo encontrarás más tranquilidad y una luz suave para sacar las mejores fotografías.
• Tras el recorrido, date un paseo por Panticosa, un café en alguna terraza junto al río calma el pulso y ofrece un cierre perfecto.
• Si te quedas con ganas de más, puedes combinar con la telecabina y acercarte a los ibones de Sabocos o de Asnos.

Las pasarelas de Panticosa son una forma diferente de disfrutar del valle, un paseo cómodo, con un punto de emoción y muchos paisajes que merece la pena fotografiar. 

Para un plan más relajado descubre el Mercado medieval de Panticosa. O si lo tuyo son las aventuras, vuela sobre el Pirineo en parapente.