Cuando el frío se instala en los valles y la nieve empieza a cubrir los tejados, Andorra se transforma en un refugio perfecto para los amantes del invierno… ¡Y del chocolate caliente!
Entre compras, pistas y paseos por pueblos de montaña, nada sienta mejor que detenerse en una cafetería acogedora y disfrutar de una taza espesa, con nata o acompañada de churros.


En Andorra la Vella y Escaldes-Engordany abundan los cafés donde entrar en calor entre compras y paseos. La Xocolateria Valor de Andorra la Vella es un clásico para los amantes del chocolate espeso con churros o nata, ¡perfecto cuando cae la tarde!
A pocos minutos, en Escaldes-Engordany, los obradores artesanos mantienen viva la tradición pastelera y la xocolata desfeta de siempre. Pasea por sus calles y busca cafeterías de barrio donde el aroma a churros recién hechos y chocolate espeso llenan el aire.
Si tu ruta te lleva a Encamp, haz una parada en la Granja Pastisseria Xocolatí, un local muy querido por los vecinos y recomendado por su chocolate caliente con churros o nata. Su ambiente de granja tradicional y el aroma a masa recién hecha la convierten en el lugar perfecto para recuperar energías antes de volver a las pistas.
En el área de La Massana hay cafés y creperías que los viajeros frecuentan en días fríos; es fácil encontrar tazas generosas y meriendas para compartir después de una jornada de trineo o raquetas. En Arinsal, algunos locales de altura son célebres entre esquiadores por su chocolate “para morirse”, perfecto cuando el viento aprieta.
Si prefieres ambientes tranquilos, en L’Aldosa encontrarás propuestas familiares con zona infantil y bebidas calientes para todos.
El dominio de Grandvalira suma más de 200 km de pistas y una oferta gastronómica que crece cada temporada, desde refugios con chimenea hasta barras de café de especialidad en sectores como Soldeu.
Entre bajadas, nada sienta mejor que un chocolate bien espeso con vistas al valle; muchos restaurantes de montaña han reforzado su carta invernal con propuestas dulces para el après-ski.


Te recomiendo que pidas la xocolata desfeta “espesa” si te gusta muy densa; en Andorra es habitual acompañarla con nata montada o churros. Si entras con botas de esquí, pregunta por las zonas con suelo de goma o terrazas resguardadas, así ganarás comodidad y evitarás colas. En días de nevada, muchos cafés de pueblo abren antes de la hora punta de pistas; es el mejor momento para una taza tranquila sin aglomeraciones.
Para llevar, algunas granjas ofrecen vasos térmicos y packs de bollería que sobreviven bien al frío del maletero.
Consulta aquí más información sobre la pista de esquí de Grandvalira.
Puedes combinar tu plan de chocolate caliente con una tarde de patinaje sobre hielo. Y si vienes en fechas navideñas, el Poblet de Nadal es un paseo imprescindible para disfrutar de luces, decoración y ambiente festivo.
Anna, natural de Andorra y nuestra experta local en la zona
Dirección Andorra la Vella, Andorra
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