Entre el azul del Cantábrico y las laderas verdes de Jaizkibel, se esconde uno de los paisajes más sorprendentes del País Vasco, el Valle de los Colores, también conocido como Labetxu.
Este rincón del litoral guipuzcoano, a medio camino entre Hondarribia y Pasaia, muestra un espectáculo natural donde la tierra se transforma en un lienzo de tonos rojizos, dorados y ocres, fruto de millones de años de erosión.


El valle de Labetxu es una depresión natural formada por la acción del viento, el mar y la lluvia sobre las rocas areniscas del monte Jaizkibel. Lo que lo hace único son sus capas multicolores, que van desde el amarillo al violeta, pasando por matices verdes y naranjas. Cada curva del camino revela una textura nueva, como si la montaña hubiese absorbido los colores del amanecer.
El recorrido más habitual parte del antiguo Parador de Jaizkibel y se adentra por senderos que serpentean entre acantilados y formaciones rocosas. A lo largo de unos 8 a 9,5 kilómetros de recorrido circular (unas 3 horas de caminata), se atraviesan puntos emblemáticos como la Roca de la Ballena, el Gran Canto y la conocida como Catedral, un conjunto de arcos y paredes naturales que recuerdan a una obra escultórica.
El camino termina descendiendo hasta el Valle de los Colores, donde las paredes del barranco parecen arder bajo la luz del sol. Es un lugar silencioso y protegido, por lo que se recomienda no salirse del sendero y evitar tocar las formaciones, muy frágiles por la erosión natural.
Si te queda energía, puedes continuar la ruta hacia la cala de Jaizkibel, un tramo más salvaje que desciende hacia el mar. Allí, el paisaje cambia completamente, las rocas rojizas dan paso a acantilados verdes y piscinas naturales que se forman con la marea baja.
No es una playa de baño habitual, pero es ideal para sentarse un rato, escuchar el oleaje y disfrutar de la vista del Cantábrico en su estado más puro.


Recorrer el Valle de los Colores es más que una caminata, es una experiencia sensorial en la que la tierra parece tener un lienzo propio.
Si eres de los atrevidos y te quedas con ganas de más, puedes continuar hasta la cala de Jaizkibel. Para un plan más tranquilo te recomiendo el paseo a orillas del río Bidasoa.
Aritz, natural de Irún y experto local en el País Vasco
Dirección Jaizkibel, España
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